Los Estándares mínimos del Área de Responsabilidad en materia de VG para programas contra la VG en emergencias establecen un enfoque feminista interseccional para los programas contra la VG que permita detectar y eliminar de forma proactiva las barreras que impiden la participación y acceso de las mujeres y niñas, en toda su diversidad, a los servicios de respuesta a la VG.
Los contextos humanitarios se caracterizan por la diversidad de mujeres y niñas que pueden encontrarse en ellos. Por ello, los actores que trabajan en el ámbito de la violencia de género deben esforzarse siempre por llegar a todas las mujeres y niñas en su diversidad y tomar medidas para garantizar que los programas contra la VG sean inclusivos y aborden las necesidades, obstáculos y riesgos a los que se enfrentan estas mujeres y niñas. Las formas de opresión a las que se enfrentan las mujeres y niñas son muy diversas, lo que limita aún más su poder, su capacidad de elección y la posibilidad de protegerlas de la violencia de género. Además, las barreras que les impiden acceder a los servicios son aún mayores. Esta nota orientativa sirve de complemento al Modelo de preparación y respuesta ante emergencias de VG de IRC, a las herramientas de evaluación y al material de formación y no se recomienda utilizarla por sí sola como recurso en materia de diversidad e inclusión.
El kit de herramientas sobre violencia de género y discapacidad fue desarrollado en 2015 por la Comisión de Mujeres Refugiadas (WRC) y el Comité Internacional de Rescate como parte de un proyecto piloto en Burundi, Etiopía, Jordania y el norte del Cáucaso en la Federación Rusa. El objetivo del proyecto era identificar las barreras de acceso y pilotar y evaluar estrategias para promover la inclusión de la discapacidad en los programas contra la violencia de género. Las herramientas se crearon gracias a las sugerencias y participación de mujeres y niñas con discapacidad, así como de profesionales del ámbito de la violencia de género. El objetivo de estas herramientas es ayudar al personal que trabaja en la VG a promover la inclusión de la discapacidad en sus actividades y reforzar la capacidad de estos profesionales para prestar servicios a sobrevivientes con discapacidad. Las herramientas han sido diseñadas como complemento de las directrices, protocolos y normas actuales para los programas contra la VG, y no deben usarse de forma aislada. Asimismo, se invita a los profesionales del sector que desean adaptarlas a sus programas y contextos individuales a que las integren en sus programas de formación y de intercambio de capacidades.