El objetivo de integrar los servicios de VG y SDSR es salvar vidas y reafirmar la seguridad, autonomía y salud de las mujeres y niñas para que puedan gozar de buena salud, tener la capacidad de tomar decisiones sobre sus vidas, estar a salvo de cualquier daño y recibir apoyo para recuperarse y prosperar. La prestación de servicios integrados de VG-SDSR siempre ha sido un elemento fundamental en la respuesta sanitaria y contra la VG en las crisis humanitarias. El modelo VG-SDSR no es nuevo. Puede manifestarse de varias formas (distintas estructuras y modalidades). Cabe resaltar que puede haber varios modelos de prestación de servicios contra la VG y de SDSR en un mismo contexto, lo que permite ofrecer más puntos de acceso a los servicios para las mujeres y niñas. Los modelos de VG-SDSR requieren que los equipos del ámbito de la VG y el sector de la salud pensemos más allá de nuestro contexto sectorial, que escuchemos a las mujeres y niñas, y que defendamos su derecho a ser autónomas y a recuperarse a través de distintos modelos de prestación de servicios.
El propósito de esta evaluación es explorar los avances en la integración de los programas de salud sexual y reproductiva y de protección y empoderamiento de la mujer desde el punto de vista del personal de campo, los factores que facilitan y/o impiden la integración y la percepción del valor de esta integración en la mejora de la salud y seguridad de mujeres y niñas. Por otra parte, cabe mencionar que no hay datos suficientes sobre los beneficios y los riesgos de integrar estos programas en la comunidad, en comparación con los centros de salud convencionales y los Espacios Seguros para Mujeres y Niñas (ESMN), por lo que los datos recopilados para esta evaluación servirán para obtener más información al respecto.
Grabación de la Presentación de los resultados de la evaluación (marzo de 2022) (diapositivas en Inglés y Francés)
Conforme la pandemia del COVID-19 se iba extendiendo, se hizo cada vez más patente el abismo existente entre las necesidades y los servicios disponibles. De forma paralela, se hizo evidente la urgencia de promover el empoderamiento de las mujeres y niñas para ayudarlas a tomar decisiones conscientes sobre su salud sexual y reproductiva, sus derechos, su bienestar y su acceso a los servicios, así como para influir en los programas en general. Este informe de aprendizaje recoge la experiencia de las intervenciones en materia de SSR y Protección y empoderamiento de la mujer que se llevaron a cabo en contextos humanitarios de forma integrada, y se centra específicamente en la implementación de un proyecto financiado por el GAC durante el COVID-19. El objetivo general de este informe es identificar los puntos clave y las lecciones aprendidas para mejorar la eficacia de las intervenciones de SSR y Protección y empoderamiento de la mujer en contextos y zonas adectadas por la crisis, en particular en lo relativo a la prestación de servicios durante y después de la pandemia del COVID-19.
La atención clínica a las mujeres víctimas de la violencia es un servicio vital y un componente básico del Paquete Estándar Mínimo Inicial (PSMI) en materia de SSR en contextos de crisis.
Los currículos de formación están dirigidos a los proovedores del sector de la salud, ya que están a cargo de atender las necesidades médicas y psicosociales de las mujeres que han sufrido violencia. Estos contenidos formativos buscan sensibilizar a los directivos, responsables políticos y prestadores de servicios médicos y a cargo de la formación profesional sobre la violencia contra las mujeres, promover una respuesta del sector de la salud basada en evidencias y mejorar la capacitación de los proveedores de servicios médicos y sanitarios, entre otros miembros de los equipos multidisciplinares.
Actualmente hay dos planes de formación recomendados para entornos humanitarios:
En virtud del cumplimiento de los principios rectores del respeto, la dignidad, la confidencialidad y la privacidad, no es posible supervisar a los proveedores en su interacción con sobrevivientes de la violencia de género. Contar con recursos audiovisuales que reflejen la interacción proveedor-sobreviviente constituye un recurso esencial para la formación.
Resultado de años de conversaciones con proveedores de servicios de los sectores de la salud y la protección, esta cartilla pretende desmontar algunos de los mitos que todavía persisten sobre la virginidad de las mujeres y definir las responsabilidades de los proveedores en torno a las pruebas de virginidad. La información que se ofrece en esta publicación ha sido extraída de la bibliografía y las recomendaciones internacionales vigentes.
El Comité Internacional de Rescate y la Universidad Johns Hopkins trabajaron en el pilotaje, implementación y evaluación de ASIST-GBV, una herramienta de detección de la violencia de género desarrollada por la Universidad Johns Hopkins para ser utilizada específicamente con mujeres y chicas adolescentes de más edad en contextos humanitarios. Los resultados de la evaluación indican que, si se adoptan las medidas adecuadas y se cumple con determinados requisitos, el que los proveedores de servicios de salud puedan detectar la violencia de género tiene el potencial de: 1) crear un entorno de confidencialidad en el que las sobrevivientes puedan contar abiertamente sus experiencias con la violencia de género; 2) garantizar una atención adecuada y la remisión a especialistas en función de las necesidades y deseos de cada sobreviviente; y 3) sensibilizar a la comunidad sobre la violencia de género, reduciendo así la estigmatización y mejorando las actitudes.
No obstante, la detección de la violencia de género sigue siendo una intervención controvertida a pesar de las investigaciones que apoyan esta actividad.